solo en aquellos momentos de quietud podemos experimentar ese acercamiento con nuestro senor. Como un remanso, como la sutil, delicada brisa que acaricia los bosques, las nubes...hasta transportarnos a los pies de DIOS PADRE. !Cuanta grandeza lograrlo!. !Que privilegio! con humildad hagámoslo.
solo en aquellos momentos de quietud podemos experimentar ese acercamiento con nuestro senor.
ResponderEliminarComo un remanso, como la sutil, delicada brisa que acaricia los bosques, las nubes...hasta transportarnos a los pies de DIOS PADRE. !Cuanta grandeza lograrlo!. !Que privilegio! con humildad hagámoslo.